Segunda sesión de kyusho en Colmenar Viejo



Si bien me quedé con la
sensación de que faltó más práctica por parte de los asistentes para asimilar
correctamente los puntos de presión, ésta fue otra enriquecedora sesión para
todo tipo de artistas marciales. Asistió gente procedente de estilos como jiu
jitsu, aikido, karate, judo, hapkido, taichi, taekwondo y kajukembo.




Mediante
el estudio de los puntos de presión el artista marcial de las artes de golpeo
puede comprender por qué las katas o pumses recogen técnicas que
no tendrían ningún sentido en la práctica deportiva del arte marcial, práctica
que en aras de una mayor seguridad de los deportistas impone unas reglas de
combate que limitan muy seriamente una más sencilla y menos exigente aplicación
a la defensa personal.




Asimismo, para los
practicantes de artes de lucha (Brazilian jiu jitsu, judo, sambo, wrestling,
aikido) aplicaciones de técnicas de brazo como ude garami / hammer lock /
kimura, armbar / juji gatame e ikkio, nikkio, de pierna como un achilles lock o
un toe hold se vuelven más sencillas de aplicar, produciendo una sumisión o un
retroceso en su ataque de la persona controlada.




Kyusho
significa punto rápido y tiene un equivalente chino (seguramente su origen)
llamado Dim mak. Hay un grupo de estudiosos que realizan seminarios por todo el
mundo y demuestran a los practicantes de artes marciales (cualquier estilo)
cómo pueden obtener resultados rápidos conociendo dónde atacar (por ejemplo, en
el antebrazo), cómo (golpeando, frotando, presionando) y las combinaciones de
estos puntos en función de los meridianos de que forman parte y que recorren el
cuerpo recibiendo estos puntos nombres en función de los órganos afectados
(pulmón, corazón, estómago, intestino delgado, grueso...), combinaciones de las
que se obtienen sinergias positivas, puesto que la suma de la presión de
ciertos puntos en combinación es mayor que el efecto de la presión
independiente de cada uno de ellos.




Dentro de este grupo tenemos
a George A. Dillman, veterano karateka autor de Humane
Pressure Point Self-Defense: Dillman Method for Law Enforcement, Medical Personnel,
Business Professionals, Men and Women
.




En
esta obra Dillman explica sencillamente puntos fácilmente accesibles que se
podrían atacar en una situación de tensión propia de la defensa personal.
Evidentemente, no recoge todos los puntos posibles, pero hace una buena
selección que cualquier persona podríamos utilizar en situaciones comunes en que
un individuo pretende abusar de nosotros o hacernos daño. Por Humane
Dillman entiende que no es el objetivo de su sistema el producir un daño
permanente al agresor, sino aturdirle, desconcertarle o inmovilizarle lo
suficiente para que desista de su intento de agredirnos.




Dillman
propone soluciones prácticas, sencillas y rápidas a situaciones comunes y
diferentes, donde tori (el héroe que siempre gana en la simulación
marcial) puede ser hombre o mujer, donde uke puede ser agresivo o casi
inofensivo, cuando nos agarran una mano o las dos, nos hacen el abrazo del oso
o intentan intimidar a nuestra pareja, por ejemplo.




En
otro bloque del libro se dedica a ofrecer recursos ante diferentes escenarios
en que las fuerzas y cuerpos de seguridad necesitarían controlar una persona
sin causarle ningún daño que pudiera alegar para denunciar abuso de poder por
parte de los agentes de la autoridad.


En definitiva, es muy recomendable el estudio de los puntos de presión para todos los artistas marciales que se precien de serlo.


Y si no, nos enfadamos


Acabo de ver otra vez "Y si no, nos enfadamos"
y me he quedado impactado con la gran variedad técnica y la sobriedad de sus protagonistas en la ejecución de los movimientos.





Controlan todas las distancias, pudiendo zafarse de un gran número de
rivales y en todos los terrenos (en el gimnasio, sobre las motos, en el
restaurante...).





Su arsenal técnico es de una extensión asombrosa y tiene unas
características que lo hacen único: Hacen sutiles los estilos de, por
ejemplo, Jet Li, Batista o Tank Abbot.





Y además es muy divertida, como las películas buenas de Jackie Chan.






Tiene hasta una parte musical que todos recordaremos siempre (Coro dei pompieri, poesía pura...).





No todo van a ser pelis de chinos o Jean Claude Van Damme.




Los italianinis también hicieron las suyas. Como muestra, este
título que os propongo para pasar una divertida tarde de domingo con
vuestra pareja o amigos más cercanos.


Bob Sapp vs Antonio Rodrigo Nogueira "Minotauro"

Uno de los grandes combates de la historia fue organizado por PrideFC, que puso a Antonio Rodrigo Nogueira, y K-1, que a su vez puso a Bob the beast Sapp, y tuvo lugar en lo que llamaron la Superbowl de las artes marciales Shockwave Dynamite K-1 vs Pride en agosto de 2002.

Fue toda una lección de Brazilian jiu jitsu por parte de Nogueira, con su estrategia, su técnica y su capacidad de sufrimiento ante un tipo de 2 metros de altura y 170 kg de peso, todo músculo.

Un David contra Goliat en toda regla.

Un evento que ha pasado a los anales de la historia del que siempre nos quedarán estos momentos de un Nogueira en su mejor momento, campeón de Pride, antes de la irrupción de ese terminator ruso llamado Fedor Emelianenko.





Hasta dónde puede llegar la influencia de un profesor

Propongo las siguientes cuestiones para el debate:

¿Se puede imponer a los alumnos con quién no entrenar?


¿Tiene derecho un profesor a exigir o sugerir a sus alumnos que no entrenen con tal o cual profesor porque procede de otra línea de práctica de un arte marcial?

¿Es ético siquiera sugerirlo?


¿Dónde están los límites y quién los marca? ¿Es competente ese individuo para marcarlos?

¿Por qué se practican artes marciales? ¿Hay algo más que un único estilo? ¿Hay algo de indigno en practicar diferentes artes marciales (crosstraining)? ¿Es bueno tener diferentes influencias o experiencias? En definitiva, ¿en base a qué se decide lo que le conviene a uno?


¿Quién puede tener miedo de que sus alumnos se vean influenciados por otros? ¿Cómo valora realmente a sus alumnos el que pretende ejercer su influencia sin argumentos que éstos puedan entender y que no tienen lugar en nuestra sociedad?

Sesión de grappling en Colmenar Viejo

Convocada una sesión de entrenamiento a petición de alumnos de la escuela de jiu jitsu del Club Bushido Colmenar Viejo, reservamos la instalación para hacer un entrenamiento libre. No teníamos ni idea de qué haríamos, pero intuíamos que por la gente que asistiríamos, los tiros irían por la lucha en el suelo, la defensa personal y tal vez algo de golpeo a los paos.

Llegadas las 10 horas del domingo y habiendo 6 o 7 personas en el vestuario nos dirigimos hacia el tatami sin tener claro aún lo que haríamos. Una vez dentro pregunté qué hacíamos y quién guiaba el entrenamiento (entre los asistentes había veteranos practicantes de jiu jitsu y judo). Nadie decía nada, así que dije, "¡Venga, todos a calentar y ya veremos lo que hacemos!".

Se pusieron todos a correr en hilera, en orden, mientras yo trotaba por todo el tatami, sin orden ni concierto. Como nadie hacía otra cosa tomé la inciativa y empecé a dirigir el calentamiento. Un calentamiento completo, sí señor, haciendo incluso algo de cardiobox, taebo o como quiera que la gente lo conozca.

Seguidamente decidí, con la anuencia de los presentes, que iríamos al suelo a practicar técnicas de sumisión. Hicimos técnicas básicas de sumisión desde las posiciones más comunes (mount, side mount, guardia...), principalmente técnicas de brazo: kimura / hammerlock / ude garami / double wrist lock, key lock / americana / top wrist lock, arm bar / juji gatame. También practicamos técnicas de pierna: achilles lock y toe hold desde la guardia y otras leg locks a priori imposibles desde mount y side mount...


Para cerrar el círculo en este recorrido de técnicas, hicimos algo de cuello y estrangulación, como front face lock, anaconda choke y otras variantes a aplicar al uke que se halla en cuadrupedia o turtle position, así como una serie de barridos y volteos habituales en el combate de suelo.

Todas estas técnicas, muy comunes en jiu jitsu, arte que practican casi todos los asistentes de hoy, las expliqué con los matices diferenciadores del catch wrestling auténtico (nada de pressing catch, por si a alguien le queda la duda), pudiendo todos comprobar cómo técnicas que ellos ya conocían se tornan más eficaces con una explicación de los principios que subyacen en cada técnica.




Finalmente nos pusimos a hacer randori (combate ligero) en el suelo, en asaltos de 1 minuto y cambiando siempre de compañeros.


Tras 5 combates aproximadamente cada uno, cogimos los cuchillos de goma y botellines de plástico y practicamos una serie de técnicas de defensa personal aprendidas en aikido y jiu jitsu: kote gaeshi, waki gatame, ude garami, gokkio.


En total fueron tres horas, como estaba programada la sesión, y creo que la gente salió satisfecha. Me preguntaron incluso que cuándo sería la próxima sesión: pues el domingo que viene si queréis.

Curiosamente no tenía pensado entrenar nada este fin de semana y de repente me doy cuenta de que me he metido 3 buenos entrenamientos: el sábado por la mañana de alumno en una buena sesión de karate con Fernando Tierraseca, por la tarde de personal trainer de mi amigo Augusto en su casa en Madrid, con sauna y todo, y el domingo esta sesión de grappling y defensa personal de tres horas.



Amigos, ¿me acabaré convirtiendo en el Gene Lebell de Colmenar Viejo?