Cómo cuidar el cuerpo de un artista marcial - sobre una obra de Loren Christensen

Muy interesante la obra del autor Loren W. Christensen.
Tengo ya un puñado de libros suyos y todos son de gran interés para aprender artes marciales.
Según, creo recordar, Mark Mireless, co-autor de Street stoppers y de Defensive tactics (muy recomendables ambas), decía algo así como que en los 90, en medio de la exposición en los medios de los combates "entre estilos diferentes" con la constitución del Ultimate Fighting Championship, Pancrase y otros, de los cuales ya se ha dicho hasta la saciedad que la UFC se organizó para darle la promoción al Gracie jiu jitsu (luego se llamaría Brazilian jiu jitsu) como el estilo definitivo, el más efectivo en la defensa personal, surgió una corriente de autores que empezaron a escribir sobre la reorientación de las artes marciales "tradicionales" buscando la efectividad de las artes marciales en las calles.
Loren Christensen es uno de ellos.

Éste, además, siendo policía, ha tenido ocasión de poner en práctica las artes marciales con maleantes de todos los tamaños, ánimos, experiencia, etc, de modo que siempre tiene alguna anécdota que contar, lo que hace de sus obras unas lecturas bastante agradables debido a su sarcasmo y "fina" ironía.
Por lo tanto, a sus enseñanzas se les puede poner el calificativo de "street certified".
Hoy comentaré brevemente su obra The Fighter's Body: An Owner's Manual : Your Guide to Diet, Nutrition, Exercise and Excellence in the Martial Arts.

La idea o gancho es que si tus electrodomésticos vienen con manual de instrucciones, por qué el cuerpo humano no iba a tener su propio manual. Así que él y su amigo Wim Demeere, que además es entrenador personal, se han atrevido a publicar esta obra.
Son muchas las cosas, frases, ideas, rutinas que me han llamado la atención de este libro.
  • Té verde: es mejor tomarlo caliente y varias veces al día. A esto habría que añadir que el té blanco parece tener mejores propiedades que el verde, al estar menos elaborado.
  • 5 comidas al día mantienen un metabolismo rápido, le enseñamos al cuerpo a no retener grasas porque le acostumbramos a suministrarle energía de forma periódica. Se acabaron las tradicionales 3 únicas comidas diarias.
  • Barritas dietéticas: después de entrenar vienen bien para recuperar las energías consumidas.
  • Índice glicémico/glucémico (ningún término está en el diccionario de la RAE): cuanto más alto, menos energía retiene el cuerpo para el entrenamiento. Para entrenar hay que ingerir alimentos con bajo índice glicémico. Véase la tabla en este link.
  • Hidratos de carbono simples y complejos: antes de entrenar es conveniente tomar algo que contenga hidratos de carbono complejos “de calidad”. Los simples (azúcares: caramelos, pasteles) te dan un subidón instantáneo, pero no aportan la energía que necesitarás para entrenar después: te quedas pálido y pareces enfermo o que te va a dar una bajada de tensión.
  • La grasa es necesaria para absorber los nutrientes de los alimentos. Comer pasta sola supone un alto índice glicémico, pero si le añadimos proteína y grasa (supongo yo que chorizo y salsa de tomate- mmmm, macarrones…), bajará el índice y tendremos mejores reservas para el entrenamiento posterior. Las buenas son las insaturadas.
  • Proteína: necesaria para reparar los músculos tras un entrenamiento. La leche desnatada es mucho mejor que la entera (por no tener tantas grasas), aunque no hablan de la semidesnatada.
  • Día basura: hay que comer bien de forma generalizada, pero el cuerpo se puede permitir, para quien le guste, una licencia de un día de fast food a la semana, por ejemplo. Si es cada más tiempo mejor para el cuerpo.
Ahora me fijo en el etiquetado de los productos: me fijo en calorías, proteínas, grasas (cantidad y calidad), etc. e incluso he dejado de comer algunos productos que no son demasiado convenientes para la salud.
Además de este libro, he curioseado el libro de Bernardino Lombao “Entrenar el cuerpo, mejorar la vida”, pudiendo comprobar cómo este entrenador personal español expone lo mismo que Christensen y Demeere en su libro.
Por último, quiero indicar, en lo que constituye una apreciación personal, que uno no puede alcanzar el estado máximo de preparación como guerrero sin una buena dosis de panceta: la dieta del guerrero pasa por desayunar tocino y galletas. Mucha energía para consumirla luego yendo a topeeeeee.

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