Es común que en los gimnasios nos encontremos con compañeros de entrenamiento inferiores o superiores,
ya sea en tamaño, destreza, fuerza...
El término inferior no pretende
ser despectivo, sino meramente objetivo.
Es decir, si uno mide 1.90 y
pesa 110 kg será superior en tamaño a otra persona que mida 1.60 y pese
50 kg. Que esto quede claro.
He de decir que yo mismo me considero inferior físicamente y/o técnicamente a otros compañeros.
Después de muchos años entrenando he sido derrotado en bastantes ocasiones por personas físicamente superiores... y por "inferiores".
Más que desanimarme por chocar infructuosamente contra los Goliats, ello me ha ayudado a intentar mejorar mi forma de entrenar, buscar técnicas y estrategias más adecuadas para mí.
Esto ha supuesto que al final, tras muchas horas de entrenamiento y estudio, yo haya sido capaz de derrotar a compañeros más grandes que yo.
Sin embargo, en lugar de convertirme en algo así como "invencible", he podido comprobar cómo alguien más pequeño y con menos experiencia que yo es capaz de derrotarme.
En cualquier caso, si Fedor Emelianenko, Georges Saint Pierre o Anderson Silva han perdido alguna vez es normal que los demás lo hagamos de vez en cuando, ¿no?
Inferiores en lo físico
Estas diferencias con uno o varios compañeros en particular, salvo que
pretendamos ser unos competidores, no deben suponer un problema para
nosotros.
Por un lado, si queremos ser
competidores deberemos entrenar con gente de más o menos nuestro peso, con el máximo nivel de destreza, técnica, etc. Es así de evidente:
Peleas como entrenas.
Si te acostumbras a dominar a compañeros de entrenamiento que pesan un
10% (o un porcentaje superior) menos que tú y les zarandeas por los
aires a todas horas no esperes hacer lo mismo con alguien que pese lo
mismo que tú y menos aún a tipos como Bob Sapp, Hong Man Choi o Semmy
Schilt, por citar a algunos gigantes.
Debes entrenar con compañeros similares a aquéllos contra los que te vas a enfrentar.
No obstante,
no todo el mundo que entrena quiere competir. Otros
queremos simplemente entrenar, sudar, mejorar nuestras capacidades
física, de golpeo, de lucha... desahogarnos del día a día en el trabajo,
la familia...
Entrenar con personas de diferentes tamaños o nivel técnico nos ayuda a:
- En en el caso de entrenar con compañeros inferiores: buscar un nivel adecuado de proporcionalidad.
Entrenar y dominar a "inferiores" me ayudará a trabajar niveles de
respuesta proporcionados a su ataque.
Legalmente (e incluso éticamente) no vale responder con la misma
técnica ante el ataque de, por ejemplo, un niño que ante el ataque de una persona más grande que tú y con intenciones más violentas.
Asimismo, por ejemplo, en una cena familiar no deberías romperle el
brazo o golpear a tu enloquecido hijo/primo/sobrino pequeño por haber
tomado demasiada coca cola. Tal vez con un bloqueo de algún manotazo suyo, un
abrazo del oso o algo de lucha podría servir para aplacarle un poco sin hacerle nada de daño.
Tener la suerte de entrenar con compañeros pequeños ayuda a practicar
este tipo de situaciones. Hay que ver esta circunstancia como una
oportunidad, no como un lastre, puesto que ese compañero de
entrenamiento inferior en tamaño/técnica, etc. es en definitiva una simulación de un
familiar, un compañero del trabajo, un vecino... al que no debes agredir
para no meterte en líos.
Observemos que según el artículo
20 del Código Penal:
"
Están exentos de responsabilidad criminal:
[...]
4. El que obre en defensa de la persona o derechos propios o ajenos, siempre que concurran los requisitos siguientes:
- Agresión ilegítima. En caso de defensa de los bienes se reputará
agresión ilegítima el ataque a los mismos que constituya delito o falta y
los ponga en grave peligro de deterioro o pérdida inminentes. En caso
de defensa de la morada o sus dependencias, se reputará agresión
ilegítima la entrada indebida en aquélla o éstas.
- Necesidad racional del medio empleado para impedirla o repelerla.
- Falta de provocación suficiente por parte del defensor".
- En el caso de entrenar con compañeros superiores: entrenar con "superhombres" nos ayuda a descartar tácticas.
Por ejemplo, dar un puñetazo en la cara o en el plexo solar a alguien
que me saca 30 kg puede no tener los efectos esperados.
Entrenar en
escenarios así me debe ayudar a intentar mejorar mi estrategia (nunca ir
de poder a poder con alguien superior a mí), desarrollar mi movilidad...
descartar tácticas que no me valen.
Los inferiores de verdad: la actitud
En este contexto en que expongo la cuestión de la
inferioridad/superioridad sólo hay una implicación despectiva: la
inferioridad en la actitud.
Sólo es reprochable la inferioridad en lo que respecta a la actitud.
- Si un físicamente superior (el grande, el cachas) pasa del compañero (el pequeño), su actitud es reprochable.
- Si el pequeño no quiere entrenar con grandes porque "no le sale nada", su actitud es reprochable.
Repito: descarto el ámbito de la competición.
Si una persona quiere saber reaccionar de manera proporcional a
diferentes niveles de intensidad nos debemos aprovechar de la
oportunidad de entrenar con pequeños y grandullones, de atletas y de
torpes.
Cada uno tiene su físico y sus aptitudes.
Éstas se pueden intentar
transformar y/o desarrollar con horas de gimnasio, dieta, etc., pero hay
cosas como la altura que no podemos cambiar y que nos pueden
condicionar siempre.
Lo que depende más de nosotros es una cuestión psicológica, de motivación. Por eso es reprochable la actitud inadecuada.
Por el contrario, tener una
actitud adecuada nos permite ver la oportunidad de mejorar con
compañeros que tal vez nos darán palizas las primeras veces o que probablemente no nos ofrecerán
mucha resistencia durante las primeras semanas.
Con la actitud adecuada
tanto el grande/hábil/técnico como el pequeño/torpe mejorarán sus
habilidades:
- El pequeño mejorará su agresividad, su movilidad, buscará la espalda,
estrangulará al grande...
Utilicemos el símil de la competición (sí, utilizo la competición ahora, se trata de un
símil, protestones) para
poner como ejemplo a
Marcelo García, supercampeón de grappling que suele competir también en la categoría open weight (sin límite de peso)
y vence a rivales mucho más grandes que él.
- El grande que entrena con "hermanitos-a-los-que-no-dañar" aprenderá, por ejemplo, a
controlar su fuerza y a utilizar/optimizar el esfuerzo. El que entrene con
Marcelos-Garcías, por otra parte, tendrá el incentivo de mejorar
técnicamente, su movilidad etc para no verse desbordado por la velocidad
y la agilidad del chiquitín.
Por último, animo a los pequeños a intentar ser Marcelos-Garcías y a los
grandes a ayudar a los pequeños a convertirse en Marcelos.
La clave es... ENTRENAR, cuánto más mejor, ver vídeos, leer libros... ¿alguien lo dudaba?
Entrenar con gente grande
Stephan Kesting y Emily Kwok han lanzado unos dvd´s sobre entrenar con grandullones:
How to Defeat the Bigger, Stronger Opponent
Leed su justificación para grabarlos y ved unos vídeos suyos: