Esteroides. La historia de Nitro, gladiador americano




"las pastillacas son buenas, te dan una energía y una cosa... yo no sé... siempre, claro, tenéis que tomarlas con el consejo del encargado del gimnasio"

No todo es coña en el mundo de los esteroides.

He leído recientemente 


Gladiator: A True Story of 'Roids, Rage, and Redemption por Dan Clark




Es un libro que da bastante juego. Cuento por ahí estas cosas y la gente flipa:
  • El ego, cómo va el rollo de los esteroides, la furia, las peleas, el dolor, la dependencia de la sustancia, más ego, testículos como pasas, apetito sexual desmedido, más y más ego...
  • Cuando se va a liar con una antigua culturista, ahora oficinista, que tomó esteroides cuando competía y le salío vello facial, desapareció la grasa de sus mejillas afilando sus rasgos, el clítoris creció, creció... y en un micropene se convirtió...
  • La cruel infancia de Dan Clark: la muerte de su hermano delante de él cuando estaban jugando, su padre con dos prostitutas en la cama en que él estaba durmiendo...
  • Cuando le urge limpiar el organismo ante un eventual test anti doping y conoce a Olga, la europea del Este con marcado acento ruso y del tamaño del marco de la puerta que le dice que se desnude delante de ella (y describe cómo se le encoge el pene cada vez más, medio humillado), le limpia el intestino con dos tubitos que le parecen los canales de suministro de gas de Alaska. Ella le va comentando lo que ve que ha comido: "tenerrr que masticarrr mejor maíz; ayer cenaste brócoli, muy bueno alimentor; no deber tragar goma de mascarrr", "no mastico chicle desde niño" "clarrrro..." qué fuerte jajaja según esto tenemos cosas en nuestro intestino desde hace años.
  • Sexo con pornstars, strippers... todas son mujeres "rotas", violadas, drogatas... me acordé de Jenna Jameson. El concepto hyperexperience: todo tiende a la exageración. El sexo normal no vale, tiene que ser múltiple, con las tías más cañón, grabándose en vídeo...
  • Curiosamente estaba yo con la película de Marisa Tomei "Cuando salí de cuba"  en la tv (¿qué pasa? no todo lo que vemos los tíos duros es Terminator, Conan, Blade runner, Charles Bronson o Clint Eastwood. También nos gustan las pelis como Casablanca o Big fish) mientras estaba leyendo en el libro que Samuel Goldwyn (¡¡coño, el estudio de esa peli es ése!!, pensé), productor del programa de tv American gladiators se negaba a pagar a los gladiadores americanos como se merecían y éstos decidieron ir a la huelga... y entonces Dan Clark hace mención a un fracaso comercial de Goldwyn, una comedia de Marisa Tomei The perez family (increíble, la tengo puesta en la tv ahora) que costó 11 millones de dólares y recaudó sólo 2,5 en EEUU. No daba dinero a su nuevo show de tv muy rentable, American Gladiators, y tiraba ese dineral en una comedia romántica... qué paradoja.
  • Cómo ve a su padre moribundo en la habitación del hospital adicto a la vicodina y le considera un asqueroso adicto sin darse cuenta de que él mismo es uno también.
  • Cómo se convierte en presentador de tv y deja de meterse durante meses y el proceso de limpieza de su cuerpo, cómo a las 8 o 10 semanas nota que le vuelve el apetito sexual porque su cuerpo vuelve a generar las hormonas (testosterona),
  • Cómo cree que no es nadie sin su cuerpo inflado, ve que ahora no intimida, que su ropa de siempre le queda grande porque ya no tiene los músculos de antes...

Cuando he contado estas anécdotas mi audiencia se ha quedado boquiabierta. Seguro que también por mi forma de interpretar las escenas. 


Me recordaba a cuando narraba este año la historia de Bret Hart 

Hitman: My Real Life in the Cartoon World of Wrestling

.



Sin lugar a dudas me impactó más el libro de Bret. Es mucho más largo, tiene muchos más detalles, hay más profundidad en los demás personajes, he visto sus combates y los de sus compañeros, es el primero que me leo de estas características...
 

Pero Gladiator es un libro que he recomendado en los entrenamientos, al igual que la ingesta de esteroides para recuperarse de las lesiones... (luego siempre matizo que estoy de broma, jajaja).
 


El corolario del libro es que las pastillacas son malas. No hagáis caso del Hulk Hogan de Muchachada nui.

Dan Clark explica por qué. Básicamente:

  • Suponen una adicción como cualquier otra droga ilegal. Ved Breaking Bad para ver cómo la metanfetamina destruye al ser humano. Tiene un momento inicial de subidón, por así decirlo, donde el consumidor mejora su felicidad. Luego la necesidad de seguir mejorando las sensaciones, la felicidad, te obliga a seguir consumiendo, pero ya nunca es suficiente. Si lo dejas lo pasas realmente mal. Aún recuerdo lo angustioso del desenganche del protagonista de Trainspotting.
  • Los anabolizantes son una puerta para el consumo de otras drogas: se empieza con anabolizantes y éstos suponen la primera de una serie de drogas en la búsqueda de una satisfacción definitiva que nunca llegará. Dice el autor que no conoce a ningún consumidor de anabolizantes que no sea asimismo consumidor habitual de otras drogas habituales.
  • Advierte de las pautas de comportamiento de tus hijos que dan a entender que están consumiendo esteroides: casi repentina adquisición de mucha musculatura, irritabilidad, agresividad, acné en pecho y espalda, adquisición de revistas de culturismo... y cómo afrontar este problema.
  • Hay varias referencias a grandes/conocidos atletas fallecidos como consecuencia del consumo de esteroides. El más llamativo tal vez sea Chris Benoit a causa de cómo acabó con las vidas de su mujer, su hijo con síndrome de Down y la suya misma, fruto de lo que se conoce como roid rage (¿furia de esteroides?) tras muchos años consumiendo y castigándose en una actividad extrema como es el prowrestling americano al más alto nivel.




No obstante, para recuperarse de las lesiones parece ser que ahora algunos viejos deportistas como Bas Rutten y Randy Couture, así como otros aún en activo como
Dan Henderson o Chael Sonnen están en tratamiento para compensar la falta de generación de testosterona de manera endógena (a partir de los 40 años baja la generación natural de estas hormonas) y poder recuperarse de los múltiples traumatismos que tienen sus articulaciones tras tantos años de castigo.


A esto no llega Dan Clark en el libro, aunque tras 20 años consumiendo y todo lo que ha sufrido para dejarlo está claro que no iba a dejar abierta una puerta a su consumo en un libro anti esteroides, aunque fuera bajo supervisión médica. Normal. Él empezó con 18 años bajo supervisión de un médico que luego fue encarcelado por tráfico de esteroides.


Dice que él empezó a engancharse para recuperarse de una lesión que precisamente se había producido por consumir. 
Cogió demasiado volumen en muy poco tiempo. 
Su cuerpo no pudo soportar ese sobreesfuerzo y se rompió. 
Para recuperarse tomó más, se hizo más grande y se volvío a romper... 
Una espiral de declive muy poco recomendable.

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